el corazón lo tengo roto
muerto por dentro
tómalo,
incinéralo,
ya no arde más...
ni la trinchera más dispuesta
ni esa lucha diaria
logra encenderlo
tómalo,
destruyelo,
aunque sólo queden pedazos
ni el agorex más potente logrará pegarlos
la vida,
esa puta mal dispuesta
juega conmigo
con lo poco que me queda por dar
tómalo,
moldealo como plasticina
aunque ni para carroña logre servir
sentada en la vereda
no queda más que la mecánica respiración y
el humo de aquel cigarro que nubla los recuerdos
la improvisación,
un amigo imaginario
grita la voz de mi cabeza
mi única esperanza hecha cenizas
no queda más que tratar de respirar
jugar a vivir
tratar de reir
31 de mayo:
maldito puto día.
